2 de abril de 2015

Clásicos


“Malito era entonces, como todos los pistoleros profesionales, un ávido lector de la página policial de los diarios, y esa era una de sus debilidades, porque el sensacionalismo primitivo que resurgía brutal ante cada nuevo crimen le hacía pensar que su cabeza no era tan extraña a la de los sádicos degenerados que se alucinan con los horrores y las catástrofes”.

Ricardo Piglia, Plata quemada

“Era aficionado a las películas de arte y ensayo que, al cabo de veinte minutos, consiguen que de puro aburrimiento vayas al lavabo y prefieras quedarte allí leyendo lo que hay escrito en puertas y paredes”.

David Safier, Maldito karma

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