2 de abril de 2015

Maldito karma de David Safier


“si la gente pudiera acordarse de todas sus reencarnaciones, (…) ¿el mundo estaría lleno de gente que recordaría sus vidas anteriores? De gente que diría: “Yo era Humphrey Bogart y estoy contento de ser mucho más alto”. O bien: “Yo fui bailarina en el Moulin Rouge, pero mis conocimientos de cancán no me sirven de mucho en la junta directiva de la Mercedes”. O bien: “Yo era John Lennon, ¿por qué ahora no paso a la siguiente ronda en OT?”. Pero las únicas personas que recordaban vidas anteriores eran o Shirley MacLaine o locos o ambas cosas”.

No pasará a mi historia de la literatura. No lo releeré. Lo podría haber dejado olvidado en un tren o en una habitación de hotel.
Pero me hizo gracia. Por los tópicos, por el absurdo, la obviedad del chiste a veces, la falta de pretensiones, las notas a pie de página del personaje de Casanova y sobre todo por estar bien contada y ser coherente.
A fuerza de repetirlo ya le ha quedado la etiqueta, pero de libro de autoayuda tiene poco: un final feliz y un Buda gordo que aconseja acumular buen karma a la protagonista, la presentadora de televisión Kim Lange, criada “en un bloque de pisos prefabricados de la Alemania del Este”, con un jardín formado por “tres jardineras, plantadas de geranios, pensamientos y colillas”, adúltera, mala madre, pretenciosa y cegada por la fama, aplastada metafóricamente por la modernidad y literalmente por un wáter de una estación espacial, reencarnada en hormiga.


David Safier
Maldito karma
Barcelona, Seix Barral, 2010

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